jueves, 31 de octubre de 2013

Aprender a compartir (I de II)

Hace un par de semanas, tuve la oportunidad de acudir a la fiesta de primer año del hijo de un gran amigo. La fiesta comprendía todo lo que de una fiesta infantil puede esperarse: niños corriendo, juegos inflables, zapatos tirados y, por supuesto, juguetes. Particularmente, quiero comentar un suceso interesante que ocurrió a partir de los juguetes de uno de los invitados.

Un niño (7 ú 8 años) llegó a la fiesta con dos pistolas de juguete bastante sofisticadas; no obstante, era evidente que una de las dos (la negra y, a mi parecer, la menos interesante aunque sí la más nueva) era su preferida. Todo iba bien. Le prestó una de sus pistolas a otro niño (casi 5 años) y él se quedó con la que más le gustaba. Las corretizas y los gritos hacían pensar que se estaban divirtiendo bastante. Sin embargo, poco después empezaron los problemas: el niño menor quería jugar con la pistola que el otro tenía, a lo que el dueño se negaba con una seguridad envidiable. El astuto niño menor, entonces, ideó algo que le resultó muy útil al final: acusó al niño dueño con su mamá (la del dueño) de que éste no quería prestarle la pistola negra. La mamá le envió un mensaje a su hijo a través del niño menor: “dile que digo yo que te la preste un ratito”. Poco tiempo después, el niño menor regresó diciendo que el niño dueño se había negado a seguir la indicación, entonces la mamá, decidida a ponerle al asunto un poco más de seriedad, le dijo: “dile que te la preste un ratito, o que si no, voy a guardar las dos”. Después de este mensaje, podía observarse al niño dueño siendo perseguido por el menor que insistía en que su mamá había dicho que le tenía que prestar la pistola. El niño mayor respondía: “ya te dije que ésta (la negra) no, si voy a prestarte una va a ser ésta (la otra), si no nada” (palabras más palabras menos); el niño menor preguntaba por qué no le iba a prestar la pistola negra, y el niño dueño respondió “porque es nueva y es la que más me gusta”. De pronto, estaban los dos niños en la mesa en que nos encontrábamos mi mujer y yo (por lo cual pudimos seguir de cerca la disputa), y en la que también se encontraban las respectivas mamás. La mamá del niño menor le decía a la otra mamá: “no te preocupes, no es necesario que se la preste”. La otra mamá respondió: “no hay problema, él tiene que aprender a compartir”. Finalmente, de pronto, la mamá del niño dueño ya tenía en su poder las dos pistolas. Ambos niños continuaban ahí. El niño dueño ya era presa de un llanto inconsolable, pero se volvió aún más intenso cuando su mamá le entregó la pistola negra al niño menor.

Ésta es la anécdota y me parece bastante interesante desde el punto de vista psicológico ya que implica varias cuestiones: lo que los juguetes representan para los niños, la envidia, el compartir, la intervención de la madre, etc. Las consideraciones que a propósito de todo éllo he alcanzado, serán “compartidas” en la próxima entrega.

Continuamos el próximo jueves.



Psic. Juan José Ricárdez.

jueves, 24 de octubre de 2013

*Trastorno por déficit de atención con hiperactividad: la enfermedad ficticia (II de II)

Curiosamente tiempo después, me encuentro con otro artículo titulado Los chicos no sufren déficit atencional, sino que la escuela no los contiene (2013). En este artículo se menciona que el presidente del Colegio de Psicólogos, Jorge Cáceres, asegura que los profesionales abusan en el diagnóstico de niños con TDAH. Él menciona que “Los problemas de aprendizaje no son tales, se deben más bien a la imposibilidad de la escuela de adaptarse a las nuevas formas de ver el mundo” (2013). Para Cáceres, hay un desfasaje: “La escuela es una institución del siglo XIX; los docentes son formados en el siglo XX y los alumnos son nacidos y criados en el siglo XXI” (2013). Es decir, los maestros están cayendo en una obsolescencia, en donde ya no se preocupan por indagar o investigar de que otras maneras se les pueden enseñar a los niños a aprender.  Resulta de manera más fácil y simple, quitándose el peso de los hombros, diagnosticar a los niños con TDAH y medicarlos.

El día 7 de este mes, casualmente, encuentro otro artículo nombrado El fracaso de los padres se llama Trastorno por Déficit de Atención (2013). Éste menciona a un renombrado psicoanalista infantil, fundador y docente de la Escuela de Clínica Psicoanalítica con Niños y Adolescentes de Barcelona, España, Joseph Knobel Freud. (El año pasado se tuvo la oportunidad, aquí en Oaxaca, de presenciar una conferencia impartida por él. Con sede en la Universidad Regional del Sureste).

En dicho artículo, el doctor Joseph Knobel Freud explica que:

La verdadera pandemia es la medicación de la vida cotidiana y esto aplica a niños que con toda certeza no padecen TDAH. El trastorno es el resultado del fracaso de los padres de familia y de los maestros, porque son incapaces de observar que los niños están deprimidos por diversas razones y la hiperactividad que manifiestan es el efecto del problema. Lo más fácil es medicarlos, sin embargo, en unos años veremos que habrá sociedades de adultos dependientes y con altas probabilidades de ser adictos a las drogas. (2013)

El último artículo que mencionaré fue nombrado Holocausto químico contra una generación de niños: El fraude del TDAH (2009). En este artículo o más bien entrevista, se menciona al Dr. Fred Baughman, neurólogo pediátrico, quien afirma que el TDAH: 

Fue una idea de una enfermedad, una enfermedad ilusoria, con la psiquiatría infantil repitiendo la mentira lo suficientemente a menudo como para estarse convirtiendo en una realidad, especialmente para el establecimiento escolar y los maestros en todo el país, y cada vez más, los medios de comunicación o del público en general. (2009)

A manera de conclusión, se puede percibir en estos fragmentos de los artículos anteriores, que cada uno de los especialistas concuerda que el TDAH se ha ido explotando de manera más frecuente conforme al desarrollo de cada sociedad. Incluso se puede hablar de una comercialización de la enfermedad, y para muestra un ejemplo, en los canales de televisión abierta presentan comerciales relacionados a la salud pretendiendo potenciar a los niños en el área de aprovechamiento escolar por medio de la ingesta de una pastilla. Sugiriendo al público que la solución para el mejoramiento del rendimiento escolar se debe más a factores neurológicos que psicosociales.

Por este hecho, al inicio hago referencia a los factores científicos y tecnológicos así como a la relación e influencia que éstos tienen en la alteración del comportamiento humano. Ya que pareciera que ante el inminente progreso y desarrollo de las tecnologías, la capacidad de desarrollo del pensamiento, conciencia o mentalidad humana, quedara en una fase primitiva.

Hasta el próximo jueves.

Psic. Juan José Ricárdez.


*Trabajo elaborado por el psicólogo clínico Alfredo Fuentes como parte de una transmisión que le fue solicitada este año.

Referencias

Baughman, F. (2009) Holocausto químico contra una generación de niños: El fraude del TDAH. Recuperado de http://www.bibliotecapleyades.net/ciencia/ciencia_industrypsychiatry03.htm el 7 de octubre de 2013.

Cáceres, J. (2013) Los chicos no sufren déficit atencional, sino que la escuela no los contiene. Recuperado de http://www.lmcordoba.com.ar/nota/137208_los-chicos-no-sufren-deficit-atencional-sino-que-la-escuela-no-los-contiene?fb_comment_id=fbc_567710139959019_5025912_569035219826511#f231f1d2d8 el 26 de agosto de 2013.

Eisenberg, L. (2013) El descubridor del déficit de la atención confesó antes de morir que es un trastorno ficticio. Recuperado de http://actualidad.rt.com/ciencias/view/95483-psiquiatra-descubrio-tdah-enfermedad-ficticia el 29 de mayo de 2013.


Freud, J. (2013) El fracaso de los padres se llama Trastorno por Déficit de Atención. Recuperado de http://ferriz.com.mx/te-recomendamos/el-fracaso-de-los-padres-se-llama-trastorno-por-deficit-de-atencion/ el 7 de octubre de 2013.

jueves, 17 de octubre de 2013

*Trastorno por déficit de la atención con hiperactividad: la enfermedad ficticia (I de II)

El desarrollo inherente de la humanidad en sus diferentes ámbitos, principalmente científicos, tecnológicos y comportamentales (refiriéndose a aspectos  psicológicos) han mostrado grandes cambios que debemos tomar en cuenta.
En este artículo me concentraré más al área comportamental o psicológica ya que las otras dos influyen en la conducta humana.

Hace poco, navegando por la internet, he encontrado algunos artículos interesantes con respecto al Trastorno por Déficit de la Atención con Hiperactividad (TDAH). El primero de ellos que he leído lleva por nombre El descubridor del déficit de la atención confesó antes de morir que es un trastorno ficticio (2013). El artículo menciona que: siete meses antes de morir, el famoso psiquiatra estadounidense León Eisenberg, quien descubrió el TDAH, afirmó que se trata de "un ejemplo de enfermedad ficticia"(2013).

Ese artículo me llamó mucho la atención ya que yo consideraba a ese trastorno como un verdadero problema neurológico. Además de que hoy en día en las escuelas, es muy común que a los niños se les diagnostique dicho trastorno por el simple hecho de no poner atención en clases. 

Antes de continuar me gustaría aclarar, de forma breve, lo que es el TDAH y cuáles son algunas de sus características, ya que es importante para el desarrollo y la comprensión del texto.

El llamado Trastorno por Déficit de la Atención o TDAH, es un trastorno de base neurobiológica. La disfunción que causa el TDAH se debe a un desequilibrio existente entre dos neurotransmisores cerebrales: la noradrenalina y la dopamina, que afectan directamente a las áreas del cerebro responsables del autocontrol y de la inhibición del comportamiento inadecuado. Asimismo, los resultados de los estudios con familias respaldan la tesis de la transmisión hereditaria y/o genética del TDAH.

El TDAH puede presentarse en diferentes formas:



  • ·         Comportamiento impulsivo y falta de control motor (impulsivo e hiperactivo).
  • ·         Problemas de atención y aprendizaje.
  • ·         Combinado (aparecen síntomas de hiperactividad e inatención).

Como podemos apreciar, la base del TDAH es neurobiológica, es decir, es un problema cerebral, y por consiguiente, su tratamiento es de tipo farmacológico. Para aclarar más esto, regresaré al primer artículo, en donde hace mención que uno de los principales logros del Dr. Eisenberg fue conseguir que la gente creyera que el TDAH tiene causas genéticas. El sentimiento de culpa de los padres desaparece de esa forma al pensar que el niño ha nacido así y el tratamiento con medicamentos es menos cuestionable. Además declaró que lo que debería de hacer un psiquiatra infantil es tratar de establecer las razones psicosociales que pueden provocar determinadas conductas, un proceso que lleva tiempo por lo que "prescribir una pastilla contra el TDAH es mucho más rápido" (2013).



Es importante señalar aquí, que muchas veces se abusa del tratamiento a base de fármacos. Creyendo que con una pastilla solucionaremos, como por arte de magia, todos nuestros problemas y lo único que muchas veces ocasiona es una adicción.

Continuamos el próximo jueves.


Psic. Juan José Ricárdez.


*Trabajo elaborado por el psicólogo clínico Alfredo Fuentes como parte de una transmisión que le fue solicitada este año.

jueves, 3 de octubre de 2013

La enseñanza de la sexualidad

La semana pasada se llevaron acabo, por parte de la Secretaría de Salud en México, diversas actividades referentes a procurar la salud en los adolescentes. A estas actividades se les conoce como “Semana Nacional de la Salud del Adolescente”. Desde el lugar en que trabajo, tuve oportunidad de participar en estas actividades a través de la impartición de algunas pláticas en escuelas de nivel superior. El tema que me solicitaron fue “Violencia en el noviazgo”; pero decidí que para hablar de eso, sin duda tendríamos que hablar primero de noviazgo y, obviamente, eso nos remitía a la sexualidad, específicamente a los orígenes psicológicos de la sexualidad y su implicación en la elección de pareja entre los jóvenes.

No reproduciré lo que a ellos les dije; más bien deseo hablar de lo que llamó más mi atención de estos encuentros. Antes de mi participación habló un médico. Él habló sobre la importancia de la planificación familiar y sobre los métodos anticonceptivos que existen. No es un tema nuevo, y tampoco es que sea irrelevante; pero sí pienso, y es lo que generalmente digo cuando me invitan a hablar sobre sexualidad, que la manera en que se enseña y aprendemos sexualidad es sin duda inadecuada.  Lo que aprendemos en la escuela (y en estas conferencias) no es sexualidad, es genitalidad. La restricción de lo sexual a la comprensión de las funciones genitales (sobre todo reproductivas) no es más que una evidencia de la tonalidad represiva de la enseñanza de la sexualidad. No se habla de sexualidad infantil, de desarrollo libidinal, de perversiones, etc.; sólo se habla de la función reproductiva de los genitales (es decir, se omite todo el desarrollo sexual de los 9 ó 10 primeros años), y los más valientes hablan del goce sexual (genital).

No es promover un libertinaje sexual; es más bien entender que una pulsión, la que sea, jamás podrá ser dominada si antes no es pensada y comprendida. Queremos sujetos sexualmente responsable, pero les mentimos diciéndoles que su sexualidad comienza con la pubertad. Ya A. S. Neill lo decía en su famoso Summerhill:

La inclusión de la instrucción sexual en el plan de estudios de la escuela pública ofrece peligrosas oportunidades de estimular, moralizando, la represión sexual. La mera instrucción sexual sugiere una instrucción ceremoniosa y delicada sobre anatomía y fisiología dada por un maestro tímido que teme que el asunto de deslice hacia el territorio de lo prohibido. (2004, p. 184)

Yo propondría cambiarle el nombre a este tipo de enseñanza: que se llame instrucción genital o enseñanza represiva de la sexualidad. A ver cuándo los planes de estudio comienzan a centrarse en lo importante.

Hasta el próximo jueves.


Psic. Juan José Ricárdez


Referencias


Neill, A. S. (2004) Summerhill, un punto de vista radical sobre la educación de los niños. México D. F.: Fondo de cultura económica