Curiosamente
tiempo después, me encuentro con otro artículo titulado Los chicos no sufren déficit atencional, sino que la escuela no los
contiene (2013). En este artículo se
menciona que el presidente del Colegio de Psicólogos, Jorge Cáceres, asegura
que los profesionales abusan en el diagnóstico de niños con TDAH. Él menciona
que “Los problemas de aprendizaje no son tales, se deben más bien a la
imposibilidad de la escuela de adaptarse a las nuevas formas de ver el mundo” (2013). Para Cáceres, hay un desfasaje: “La escuela es una
institución del siglo XIX; los docentes son formados en el siglo XX y los
alumnos son nacidos y criados en el siglo XXI” (2013). Es decir, los maestros están cayendo en una
obsolescencia, en donde ya no se preocupan por indagar o investigar de que
otras maneras se les pueden enseñar a los niños a aprender. Resulta de manera más fácil y simple,
quitándose el peso de los hombros, diagnosticar a los niños con TDAH y
medicarlos.
El día 7
de este mes, casualmente, encuentro otro artículo nombrado El fracaso de los padres se llama Trastorno por Déficit de Atención (2013). Éste menciona a un renombrado psicoanalista infantil,
fundador y docente de la Escuela de Clínica Psicoanalítica con Niños y
Adolescentes de Barcelona, España, Joseph Knobel Freud. (El año pasado se tuvo
la oportunidad, aquí en Oaxaca, de presenciar una conferencia impartida por él.
Con sede en la Universidad Regional del Sureste).
En dicho
artículo, el doctor Joseph Knobel Freud explica que:
La verdadera pandemia es la medicación de la vida
cotidiana y esto aplica a niños que con toda certeza no padecen TDAH. El
trastorno es el resultado del fracaso de los padres de familia y de los
maestros, porque son incapaces de observar que los niños están deprimidos por
diversas razones y la hiperactividad que manifiestan es el efecto del problema.
Lo más fácil es medicarlos, sin embargo, en unos años veremos que habrá
sociedades de adultos dependientes y con altas probabilidades de ser adictos a
las drogas. (2013)
El último
artículo que mencionaré fue nombrado Holocausto
químico contra una generación de niños: El fraude del TDAH (2009). En este artículo o más bien entrevista,
se menciona al Dr. Fred Baughman, neurólogo pediátrico, quien afirma que el
TDAH:
Fue una idea de una enfermedad, una enfermedad
ilusoria, con la psiquiatría infantil repitiendo la mentira lo suficientemente
a menudo como para estarse convirtiendo en una realidad, especialmente para el
establecimiento escolar y los maestros en todo el país, y cada vez más, los
medios de comunicación o del público en general. (2009)
A manera
de conclusión, se puede percibir en estos fragmentos de los artículos
anteriores, que cada uno de los especialistas concuerda que el TDAH se ha ido
explotando de manera más frecuente conforme al desarrollo de cada sociedad.
Incluso se puede hablar de una comercialización de la enfermedad, y para
muestra un ejemplo, en los canales de televisión abierta presentan comerciales relacionados
a la salud pretendiendo potenciar a los niños en el área de aprovechamiento
escolar por medio de la ingesta de una pastilla. Sugiriendo al público que la
solución para el mejoramiento del rendimiento escolar se debe más a factores
neurológicos que psicosociales.
Por este
hecho, al inicio hago referencia a los factores científicos y tecnológicos así
como a la relación e influencia que éstos tienen en la alteración del
comportamiento humano. Ya que pareciera que ante el inminente progreso y
desarrollo de las tecnologías, la capacidad de desarrollo del pensamiento,
conciencia o mentalidad humana, quedara en una fase primitiva.
Hasta el próximo jueves.
Psic. Juan José Ricárdez.
*Trabajo elaborado por el psicólogo clínico Alfredo Fuentes como parte de una transmisión que le fue solicitada este año.
Referencias
Baughman, F.
(2009) Holocausto químico contra una generación
de niños: El fraude del TDAH. Recuperado de http://www.bibliotecapleyades.net/ciencia/ciencia_industrypsychiatry03.htm el 7 de octubre de 2013.
Cáceres, J.
(2013) Los chicos no sufren déficit atencional,
sino que la escuela no los contiene. Recuperado de http://www.lmcordoba.com.ar/nota/137208_los-chicos-no-sufren-deficit-atencional-sino-que-la-escuela-no-los-contiene?fb_comment_id=fbc_567710139959019_5025912_569035219826511#f231f1d2d8 el 26 de agosto de 2013.
Eisenberg, L.
(2013) El descubridor del déficit
de la atención confesó antes de morir que es un trastorno ficticio. Recuperado de http://actualidad.rt.com/ciencias/view/95483-psiquiatra-descubrio-tdah-enfermedad-ficticia el 29 de mayo de 2013.
Freud, J. (2013) El
fracaso de los padres se llama Trastorno por Déficit de Atención. Recuperado
de http://ferriz.com.mx/te-recomendamos/el-fracaso-de-los-padres-se-llama-trastorno-por-deficit-de-atencion/ el 7 de octubre de 2013.
Sin duda un tema delicado que sólo puede abordarse desde una postura decididamente científica. Más allá de las conclusiones teórico-prácticas que en este trabajo se alcanzan, considero que su principal mérito es trastocar con elegancia las fibras éticas de quienes nos ocupamos de la salud mental. El trabajo con niños no es fácil, de entrada porque en este empeño siempre están involucrados los residuos psíquicos que cada uno tiene de su propia infancia. Resulta afortunado, entonces, toparse con algunos faros que nos guíen en el camino. Este texto es uno de ellos.
ResponderEliminarExtiendo mi total agradecimiento al autor, a mi amigo, Alfredo Fuentes.
Creo que la información presentada en el artículo causará mucha controversia, sobre todo porque muchos creíamos que dicho trastorno, en efecto, se trataba de un problema neurobiológico, y más porque muchos de nosotros no estamos "acostumbrados" por así decirlo, a cambiar nuestra manera de pensar, de investigar si lo que aprendemos en la escuela es fiable, y así poder cuestionar o criticar esos aprendizajes obtenidos. No se espera que el artículo se tome como una verdad absoluta, sino que, logremos expandir nuestra mente por medio de la crítica. ("crítica" en el más estricto significado de la palabra).
ResponderEliminarAgradezco a mi buen amigo Juan José por permitir la publicación del artículo.