La semana pasada se llevaron
acabo, por parte de la Secretaría de Salud en México, diversas actividades
referentes a procurar la salud en los adolescentes. A estas actividades se les
conoce como “Semana Nacional de la Salud del Adolescente”. Desde el lugar en
que trabajo, tuve oportunidad de participar en estas actividades a través de la
impartición de algunas pláticas en escuelas de nivel superior. El tema que me
solicitaron fue “Violencia en el noviazgo”; pero decidí que para hablar de eso,
sin duda tendríamos que hablar primero de noviazgo y, obviamente, eso nos
remitía a la sexualidad, específicamente a los orígenes psicológicos de la
sexualidad y su implicación en la elección de pareja entre los jóvenes.

No es promover un libertinaje
sexual; es más bien entender que una pulsión, la que sea, jamás podrá ser
dominada si antes no es pensada y comprendida. Queremos sujetos sexualmente
responsable, pero les mentimos diciéndoles que su sexualidad comienza con la
pubertad. Ya A. S. Neill lo decía en su famoso Summerhill:
La inclusión de la instrucción sexual en el plan de estudios de la
escuela pública ofrece peligrosas oportunidades de estimular, moralizando, la
represión sexual. La mera instrucción
sexual sugiere una instrucción ceremoniosa y delicada sobre anatomía y
fisiología dada por un maestro tímido que teme que el asunto de deslice hacia
el territorio de lo prohibido. (2004, p. 184)
Yo propondría cambiarle el nombre
a este tipo de enseñanza: que se llame instrucción
genital o enseñanza represiva de la
sexualidad. A ver cuándo los planes de estudio comienzan a centrarse en lo
importante.
Hasta el próximo jueves.
Psic. Juan José Ricárdez
Referencias
Neill, A. S. (2004) Summerhill, un punto de vista radical sobre
la educación de los niños. México D. F.: Fondo de cultura económica
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