jueves, 14 de febrero de 2013

El amor y la amistad

Siempre he pensado que es sólo un detalle el que diferencia al amor de la amistad: la búsqueda consciente y consumación del intercambio sexual (genital, corporal) que sólo aparece en el primero. Fuera de eso, dichos fenómenos son bastante similares; y cómo no, si ambos tienen su origen en el mismo hecho.
La primera experiencia de algo parecido al amor y la amistad en la vida, es la relación que el niño entabla con sus padres, experiencia que es vivida por él con gran intensidad en su travesía por el Complejo edípico: por un lado se ama a la madre, sin embargo se aprende a reprimir el deseo sexual hacia ella, y por el otro se odia al padre (al mismo tiempo que se le admira) y se aprende a reprimir el deseo homicida hacia él. Es en ese momento, digámoslo así, cuando nuestros instintos reciben su primera y más importante lección de ingreso a lo social. A partir de ahí, y como producto de esas represiones, es que aprendemos a amar (entablar una relación heterosexual sin la búsqueda inmediata del intercambio genital, incestuoso y perverso) y a ser amistosos (entablar relaciones homosexuales y heterosexuales haciendo a un lado, simultáneamente, la búsqueda del intercambio genital, incestuoso y perverso, y el deseo homicida hacia los demás).
Es éste el origen de dos de los sentimientos más celebrados por la gente; y es justo que nosotros, la gente, nos interesemos más en saber de dónde provienen algunas de las cuestiones que, por la apatía generalizada a las cuestiones psicológicas (resistencia), damos por hecho automáticamente.
Feliz día del amor y la amistad.
Hasta el próximo jueves.

Psic. Juan José Ricárdez.

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